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Inicio » Herpes zoster: causas, sintomas y tratamiento

Una reactivacion viral que puede afectar seriamente tu calidad de vida

El herpes zóster, también conocido como «culebrilla», es una infección viral causada por el mismo virus que provoca la varicela: el virus varicela-zóster. Aunque muchas personas asocian este virus con la infancia, puede permanecer latente en el organismo durante años y reactivarse en la edad adulta, especialmente cuando el sistema inmunológico está debilitado.

¿Que es el herpes zoster?

El herpes zóster es una erupción dolorosa de la piel provocada por la reactivación del virus varicela-zóster. Tras haber tenido varicela, el virus queda inactivo en los ganglios nerviosos. Años o incluso décadas después, puede volver a activarse y manifestarse como herpes zóster. La erupción suele presentarse como una franja de ampollas en un solo lado del cuerpo o del rostro, y va acompañada de un dolor que puede ser intenso y persistente. En ocasiones, el dolor puede comenzar antes de que aparezcan las lesiones visibles en la piel, lo que dificulta el diagnóstico inicial

 

Sintomas comunes y diagnostico

  • Dolor o ardor en una zona localizada del cuerpo, a menudo antes de que aparezca la erupción.
  • Erupción en forma de vesículas o ampollas sobre una franja de piel.
  • Picor, hormigueo o sensibilidad extrema al tacto.
  • Fiebre y malestar general en algunos casos.
  • En fases avanzadas, el dolor puede persistir incluso después de la curación de la piel. Esta complicación se llama neuralgia postherpética, y puede durar semanas o incluso meses.

El diagnóstico del herpes zóster se basa principalmente en la evaluación clínica de los síntomas. El médico identifica la erupción característica: una franja de ampollas o vesículas dolorosas localizadas en un solo lado del cuerpo o del rostro. El dolor suele aparecer antes de la erupción, lo que puede dificultar el diagnóstico precoz. En casos atípicos o cuando la erupción aún no ha aparecido, se pueden realizar pruebas como análisis de sangre, PCR o cultivos virales para confirmar la presencia del virus varicela-zóster. Un diagnóstico temprano es fundamental para iniciar el tratamiento antiviral en las primeras 72 horas y evitar complicaciones como la neuralgia postherpética.

 

Causas y factores de riesgo

Aunque el herpes zóster se asocia con mayor frecuencia a personas mayores de 50 años, también puede aparecer en adultos jóvenes, especialmente en situaciones de estrés físico o emocional. Casos como los de personas jóvenes con fuertes cargas laborales, falta de sueño y responsabilidades familiares intensas —como la crianza de hijos pequeños—, pueden actuar como detonantes.

El estrés, el agotamiento prolongado y un sistema inmunitario sobrecargado son algunas de las condiciones que permiten que el virus resurja.

 

Factores que aumentan el riesgo:

  • Haber tenido varicela previamente.
  • Edad avanzada (mayores de 50 años).
  • Estrés prolongado o intenso.
  • Sueño insuficiente o fatiga extrema.
  • Inmunosupresión por enfermedades o tratamientos médicos.

 

Tratamiento del herpes zoster

El tratamiento debe comenzar cuanto antes para reducir la duración y la intensidad de los síntomas. Iniciar el tratamiento antiviral en las primeras 72 horas es clave para evitar complicaciones.

Opciones terapeuticas:

  • Antivirales: como aciclovir, valaciclovir o famciclovir. Ayudan a frenar la replicación del virus.
  • Analgésicos: desde paracetamol hasta medicamentos más potentes si el dolor es severo.
  • Corticoides: en algunos casos, para reducir la inflamación y el dolor.
  • Cuidados locales: mantener la zona limpia, evitar rascarse y usar ropa suelta.

Además, es importante descansar adecuadamente, mantener una buena hidratación y reducir el estrés durante la recuperación.

Prevencion: la vacuna

Actualmente existe una vacuna eficaz contra el herpes zóster, recomendada especialmente para personas mayores de 50 años y pacientes inmunodeprimidos. Sin embargo, su uso también puede valorarse en adultos más jóvenes con antecedentes de estrés crónico o riesgo elevado. La vacuna ayuda a prevenir la aparición del herpes zóster y reduce significativamente la probabilidad de sufrir neuralgia postherpética.

El herpes zóster puede afectar a personas de cualquier edad, especialmente cuando confluyen factores como el cansancio extremo, el estrés emocional y la falta de descanso. Por eso, cuidar del sistema inmunológico y atender las señales del cuerpo es fundamental. Si has tenido varicela y notas dolor o erupción en una zona localizada de tu cuerpo, consulta con un médico cuanto antes. Un diagnóstico precoz y un tratamiento adecuado pueden marcar la diferencia en tu recuperación.

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